

Cada 29 de abril se celebra en nuestro país el Día del Animal, una fecha que nos invita a reconocer el rol fundamental que cumplen las mascotas en nuestras vidas. Más allá del cariño que generan, cada vez más investigaciones científicas confirman algo que millones de personas ya experimentan a diario: tener una mascota puede mejorar la salud emocional y contribuir al bienestar general.
Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), interactuar con animales puede reducir los niveles de cortisol —una de las principales hormonas del estrés—, bajar la presión arterial y aliviar síntomas asociados a la ansiedad y la depresión. Estos efectos positivos se dan incluso en contextos cotidianos: acariciar a un gato, jugar con un perro o simplemente compartir un momento de tranquilidad con una mascota genera una respuesta física y emocional que favorece el equilibrio mental.
El vínculo con los animales también nos ayuda a establecer rutinas. Pasearlos, alimentarlos o cuidar su salud implica organización y responsabilidad, y muchas personas encuentran en esas tareas una fuente de motivación diaria. A esto se suma el efecto del movimiento: caminar con una mascota, aunque sea unos minutos por día, también repercute positivamente en la salud física y emocional.
Por otra parte, estudios de la Organización Mundial de la Salud destacan que el aislamiento social y la soledad son factores de riesgo para diversas enfermedades. En este sentido, las mascotas se convierten en una compañía constante, que brinda afecto sin condiciones. No reemplazan los vínculos humanos, pero ofrecen una presencia que reconforta, sobre todo en momentos difíciles o de mayor vulnerabilidad.
En este Día del Animal, desde OSPOCE celebramos a quienes caminan a nuestro lado cada día con lealtad, energía y amor. Su presencia nos conecta con la ternura, el cuidado y la empatía. Cuidarlos es también una forma de cuidarnos.