La articulación temporomandibular es aquella que se forma entre el maxilar superior e inferior y permite movimientos de la mandíbula para comer, succionar, hablar, etc.

¿Qué son los Trastornos Temporomandibulares?

Son un término genérico para una serie de signos (todo aquello que observa el profesional clínicamente o a través de estudios) y síntomas (lo que siente el paciente, es toda aquella información que se recopila en el interrogatorio de la historia clínica, ej. dolor). Los más comunes son:

  • Alteración en el movimiento de la mandíbula.
  • Limitación en la apertura.
  • Dolor facial.
  • Dolor de cabeza.
  • Dolor de mandíbula, oídos o estructuras cercanas.
  • Sonidos en la articulación.

Los síntomas pueden tener un impacto en la vida diaria, ya que ocasionan dolor agudo. Estos síntomas pueden verse aumentados por hábitos parafuncionales, como por ejemplo apretar dientes, rechinar, morderse las uñas, o por factores psicológicos, como la ansiedad.

¿Cuál es la Causa?

La causa se define actualmente como multifactorial:

  • Variables psicosociales, estrés y ansiedad.
  • Bruxismo, morderse las uñas, succión no nutritiva.
  • Traumatismo.
  • Enfermedad articular degenerativa.
  • Predisposición familiar.
  • Maloclusión (mordidas abiertas, invertidas principalmente).

DIAGNÓSTICO

Se suelen realizar, además de la historia clínica e interrogatorio al paciente pediátrico y a su grupo familiar, radiografías panorámicas. Las radiografías son de mucha importancia en el diagnóstico, incluso a veces antes de que aparezcan los síntomas.

TRATAMIENTO

  • Educación del paciente: Depende de cada caso individual, ya que al realizar la historia clínica se puede sugerir modificar hábitos que puedan exacerbar los síntomas. Ejemplo: compresas frías o de calor, terapia psicológica, meditación, etc.
  • Aparatología removible: En el caso del paciente pediátrico, no se pueden utilizar dispositivos (placas miorrelajantes rígidas), ya que al estar en crecimiento y desarrollo se debe evaluar y optar por una aparatología que acompañe las modificaciones que se irán dando en la boca. En muchos casos, los aparatos para mejorar la oclusión (mordida y relación entre los maxilares) son una herramienta muy útil, ya que se utilizan de día y de noche, ayudando a controlar hábitos como por ejemplo la succión del pulgar, mejorando la postura de los músculos orofaciales y la lengua.
  • Analgésicos: Como ibuprofeno o paracetamol en caso de dolor agudo.

Es muy importante la consulta temprana con Odontopediatría y su derivación para interconsulta con especialistas en Ortopedia de los Maxilares. De esta manera, se previene la aparición de lesiones y dolor.

Odontóloga General - Odontopediatria - Ortopedia de los Maxilares MN: 35801 MP: 80670