

El Día del Padre ya no se festeja con una corbata. Hoy lo celebramos con asado, pastas, vino, sobremesa larga y risas en familia. Pero hay algo que no cambia: las ganas de demostrarle cuánto lo queremos.
Y, a veces, querer también es cuidar. Cuidar a papá también es celebrarlo
Le decimos “salud” al brindar, pero… ¿cómo está la salud de papá? Muchos hombres postergan controles médicos, no hablan de lo que sienten o viven con estrés sin bajarlo a tierra. Este Día del Padre, puede ser una buena ocasión para hacer espacio a una pregunta simple pero poderosa:

¿Cómo te sentís?
¿Cuándo vas a hacerte ese control que venís pateando?
¿Querés que te acompañe?
o simplemente invitalo a descansar mejor y moverse y cuidarse más.
Porque cuidar a papá también es celebrarlo, es decir “te quiero” con acciones, es desear que esté bien, que esté presente, que sume muchos brindis más (y con buena salud). Festejar no es dejar de disfrutar.
No se trata de cancelar el asado ni esconder la picada. La comida es parte del festejo, y no se trata de quitarla, sino de equilibrar y sumar opciones más sanas. de encontrar un mejor equilibrio. Desde OSPOCE te proponemos pequeñas ideas que pueden hacer una gran diferencia:
- Acompañá el plato principal con ensaladas frescas o vegetales a la parrilla.
- Elegí bebidas sin azúcar: limonadas caseras o aguas saborizadas son igual de refrescantes.
- Disfrutá el postre con moderación, o sumá frutas de estación.
- Después del almuerzo, una caminata o un rato al aire libre en familia también vale.
Este año, además del vino, regalale un desayuno sin apuro. Una charla de las que valen. Un recordatorio de que se cuide. Un gesto de amor que perdura más que cualquier etiqueta.
¡Feliz Día del Padre! Que cuidarte sea parte del festejo.