Nos reunimos con María José Vazquez, la formadora número uno del país, profesora
Nacional de Educación Física, entrenadora nacional de handball, de categorías formativas
de Sedalo y de la selección metropolitana (FEMEBAL) de juveniles.
¿Qué pensás del deporte en edades tempranas desde tu mirada formadora?
Pienso que el deporte es súper beneficioso para los chicos en edad temprana, no
solamente pensando en todo lo que es la salud y todo lo que es físico y motriz, sino también
desde lo social afectivo y lo cognitivo. Hoy en día está tan devaluado lo que es el esfuerzo,
la disciplina, el trabajo en equipo, la puntualidad, el respeto por el otro, el consenso, y hoy
en el deporte nosotros desde que son chiquitos lo enseñamos y lo trabajamos mucho. Es
muy importante porque después forma personas más autónomas, más individuales, más
respetuosas y con más compromiso, condiciones que además serán útiles después para la
vida cotidiana. Creo que el juego es la vida misma, y por eso apuntamos no sólo a lo motriz
sino a todos estos aspectos de la conducta que son súper importantes para que después en
la vida misma puedan ponerlo en práctica.
¿Cuál es tu sentimiento en relación al proceso de tus jugadoras?
Soy testigo de la evolución, ya que, por suerte, el club me permite acompañarlas y soy una
afortunada, ya que durante este proceso que dura seis años, veo los avances que hacen,
como van resolviendo los problemas y las diferentes situaciones desde lo motriz, lo
cognitivo, lo afectivo. y es maravilloso por supuesto porque siento que la tarea está
cumplida y que cuando pasan a la categoría superior donde empieza el alto rendimiento
tienen que ponerse a entrenar el triple y las cosas no son tan fáciles como antes o no hay
tanta ayuda, porque yo, además de acompañarlas, las impulso y les tiro disparadores para
mejorar el juego. Hay todo un trabajo detrás que no se ve. Es importante que el jugador
sienta que está rindiendo bien, y que se siente a gusto, que dentro de la cancha pueda
disfrutar lo que hace. Porque el juego pone de manifiesto todo el trabajo que se hizo durante
la semana. Estoy pendiente de cómo ayudarlas cuando algo no sale, y hay que hacer
hincapié en el apoyo personal. Y disfruto cuando las cosas salen bien, porque siento que la
tarea está cumplida. Estar en la tribuna y ver cómo juegan las que fueron niñas de
ocho/nueve años, hoy grandes, que entrenaron conmigo, da una satisfacción increíble.
Muchas juegan en la Liga y en la selección nacional, y me produce mucha emoción.
Siento que el trabajo de tantos años dio frutos y lo disfruto muchísimo. Si bien el resultado
es importante, yo estoy muy abocada al proceso.