La seguridad informática es un servicio que la mayoría de las grandes empresas eligen para garantizar su prestigio en el mercado, y es un valor por el que deben estar dispuestas a pagar. El riesgo, cada vez mayor, frente a los desafíos que ofrece el auge de la Inteligencia Artificial (IA), aumenta las posibilidades de quedar expuestas a prácticas maliciosas o delitos informáticos. 

Si bien en 2023 observamos la popularización del uso de la IA a gran escala, especialmente con la llegada de ChatGPT y el uso de las “Deep Fakes” por parte de cualquier usuario, para 2024 el uso de estas herramientas estará automatizado y el riesgo de caer en delitos o de difundir noticias falsas será aún mayor. En este sentido, tanto las empresas y los organismos públicos como las personas quedamos cada vez más expuestos a sufrir ataques o estafas que amenazan nuestra seguridad, y es aquí donde el uso de la IA contribuye a reforzar las estrategias de seguridad.

¿Qué podemos hacer?

Prevención

Si los ataques cibernéticos se concretan, las empresas se enfrentan a diferentes niveles de problemas, desde la interrupción de sus operaciones hasta la pérdida de confianza de sus clientes y una eventual caída en los ingresos. Por su parte, las personas se ven directamente expuestas a estafas digitales, como el vaciamiento de sus cuentas o el engaño mediante técnicas de «ingeniería social», como el tradicional «cuento del tío». 

Adoptar medidas de seguridad

Utilizar contraseñas seguras. 

Implementar la verificación en dos pasos. 

Incorporar sistemas de seguridad biométrica. 

Recordar cerrar sesión después de usar servicios en línea.