¿Alguna vez han escuchado el término sharenting? Según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, sharenting es un término en inglés que proviene de la unión de las palabras share (compartir) y parenting (parentalidad). Se utiliza para hacer referencia a la práctica de los adultos de compartir fotos de sus hijos o familiares menores en redes sociales, en este caso, específicamente los padres.
En esta acción, que se realiza de manera cotidiana, muchas veces no se toma conciencia de los posibles daños a la salud física o mental de los niños. Sin embargo, en la actualidad existen diferentes normas y leyes que intentan proteger el derecho a la intimidad de estos niños, aunque sus padres tengan el derecho a expresarse mostrando fotos o videos de ellos.
Desde este espacio, no solemos profundizar en temas desde una perspectiva jurídica o utilizando conceptos técnicos, sino que buscamos promover la reflexión y acercar ciertas valoraciones a nuestros lectores para que cuenten con más herramientas a la hora de utilizar las redes sociales e internet de manera general.
Consideramos que «los padres son los primeros interesados en el bienestar de sus hijos y quienes están en la mejor posición para decidir lo que conviene o no conviene compartir en las redes sociales. Pero, en ocasiones, lo hacen sin estar suficientemente informados de las consecuencias de sus revelaciones en línea y desconocen los efectos a largo plazo de sus publicaciones«. ¹
Al subir imágenes o datos de nuestros hijos, los exponemos a una huella digital (un rastro que dejamos al navegar) asociada a su identidad, y esa huella puede ser utilizada por empresas o personas que acceden a esos datos, por ejemplo, al aceptar los términos y condiciones al usar una aplicación.
Recordemos que una vez que subimos esas imágenes o videos, estos pasan a pertenecer al espacio público, quedando expuestos al ciberbullying, grooming, robo de datos personales o pedofilia.
Debemos ser conscientes al exhibir nuestros álbumes de fotos en línea, para evitar que lleguen a cualquier persona. Existe la posibilidad de que las imágenes sean utilizadas por otros, suplantando la identidad del menor.
También existe el riesgo de exponer a los menores a peligros físicos mayores cuando los mostramos realizando parte de sus rutinas diarias, como, por ejemplo, una foto de la salida del colegio.
Tomar algunas precauciones, minimizar el riesgo de exhibición y configurar la privacidad de las redes sociales para que no se exponga toda la información personal es un buen comienzo para poder compartir información de manera segura dentro de las comunidades digitales que utilizamos.
(1) Nieto B (2021) El Sharenting y los derechos personalísimos del niño en Argentina. Revista Perspectivas de las Ciencias Económicas y Jurídicas, Vol 11, N°2 (julio diciembre).
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