Desde temprana edad, la ortodoncia puede cumplir un rol clave en la prevención y corrección de alteraciones bucodentales. Conversamos con la Dra. Natalia Leyes y la Dra. Yael Mancera, especialistas en Ortodoncia del Centro Médico Monserrat, quienes nos explican los principales aspectos a tener en cuenta a la hora de consultar.

—¿Qué es la ortodoncia y qué busca tratar?

La ortodoncia trata de prevenir, diagnosticar y corregir posibles alteraciones en la posición, forma y función de las estructuras dentarias y maxilares, buscando mantener un estado de armonía y óptima salud bucal.

—¿A qué edad se recomienda hacer la primera consulta?

No hay una edad determinada, pero lo ideal es realizar una primera consulta al completar la dentición primaria —es decir, los dientes de leche—, lo cual ocurre entre los cuatro o cinco años. En esa etapa se pueden diagnosticar y corregir muchos problemas que podrían presentarse más adelante en la dentición permanente.

—¿Qué incluye esa primera consulta?

La consulta con un ortodoncista consiste en realizar un examen clínico de la boca. Evaluamos la presencia de caries, el estado de las encías, los labios, los carrillos y también los hábitos del paciente, como la succión del dedo o el uso del chupete. Además, observamos cómo traga y cómo respira, si es por la boca o por la nariz. Todos estos factores son importantes para definir un tratamiento adecuado.

—¿Se solicitan estudios complementarios?

Sí. Para completar el diagnóstico pedimos estudios radiológicos simples: una radiografía panorámica (de toda la boca, de frente) y una radiografía de perfil. Estos estudios, junto con el examen clínico, nos permiten llegar a un diagnóstico correcto y elegir el aparato adecuado para cada paciente.

—¿Qué tipo de problemas suelen requerir tratamiento?

Principalmente distinguimos entre alteraciones dentarias y óseas.
Las dentarias incluyen dientes desparejos, apiñados (por falta de espacio), retenidos (que no erupcionan), agenesias (dientes ausentes), dientes supernumerarios (en exceso) o separados (por maxilares grandes).
En cuanto a las óseas, podemos ver maxilares pequeños, estrechos o muy desarrollados, con prognatismo (hacia adelante), retrognatismo (hacia atrás), o combinaciones entre ambos.

—¿Qué tipos de aparatos se utilizan?

Hay aparatos móviles, fijos y combinados.
Dentro de los móviles tenemos placas y aparatos multifuncionales que corrigen funciones alteradas como la respiración o la deglución, y estimulan el crecimiento óseo para ubicar correctamente las piezas dentarias.
Los aparatos fijos se usan cuando ya está completa la dentición permanente, o en la última etapa de la dentición mixta. Son los conocidos brackets, que trabajan sobre las estructuras dentarias para mejorar la función, la estética y las desarmonías óseas.

—¿Hay diferentes tipos de brackets?

Sí, los más comunes son los metálicos y los estéticos, que se notan menos y son similares al color del diente. La diferencia es sólo estética: ambos funcionan de la misma manera y soportan las fuerzas necesarias para alinear los dientes. El tipo de bracket no influye en la duración del tratamiento.

—¿Qué cuidados deben tenerse durante el tratamiento?

La higiene es clave. Una higiene deficiente y una dieta rica en azúcares pueden provocar caries. Por eso, el cepillado correcto es fundamental, tanto si se usan aparatos como si no.

—¿Existe una edad límite para comenzar un tratamiento?

No. Siempre se está a tiempo. Muchos problemas de encía, movilidad o falta de piezas pueden solucionarse con ortodoncia. Además, que un adulto se ocupe de su salud dental habla muy bien de su compromiso con el bienestar general.

—¿Se puede hacer vida normal con aparatos?

Totalmente. Al principio pueden generar una leve incomodidad, pero con el tiempo el paciente se adapta sin problema.

Desde el Centro Médico Monserrat promovemos la importancia de la prevención y el abordaje integral de la salud bucodental. La ortodoncia, aplicada en el momento adecuado, contribuye no solo a una mejor estética, sino también al equilibrio funcional de toda la boca. Consultar a tiempo es el primer paso hacia una sonrisa saludable y duradera.