Este año, el Consejo Económico y Social (CES), que es un órgano de participación ciudadana, convocó a las universidades públicas nacionales a realizar estudios sobre los efectos e implicancias de las noticias falsas en redes sociales, más conocidas en la jerga coloquial como fake news. Una convocatoria interesante, ya que estamos en año electoral y transitando un clima político y social complejo, que afecta de manera negativa cualquier estrato social.
Justamente, la mención al clima electoral tiene que ver directamente con la producción, difusión y el tratamiento que se les da a las fake news desde los medios de comunicación, candidatos e influencers, cada vez con mayor frecuencia; ya que estas noticias falsas tienen una injerencia directa en los procesos electorales de nuestra región.
Según la ONG Freedom House en 2017 al menos 18 países no tuvieron un proceso electoral seguro y claro, debido a la proliferación de noticias falsas. Un hecho reciente, y que ejemplifica con claridad estos sucesos, fue la campaña presidencial del Ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que actualmente se encuentra investigado por la Justicia de su país por difundir noticias falsas.
Según el Diario “El País” de España en 2018 “la campaña del ultraconservador utiliza noticias falsas sin pudor” (1). Este año, ante un Tribunal de Justicia donde también se lo investiga por haber instigado un golpe de Estado al actual Presidente Lula Da Silva, declaró que otra serie de videos que difundió en 2022, afirmando que hubo fraude electoral en su contra, se debieron a “un error de su parte”. (2)
A partir de esta realidad, y sabiendo que es algo que sucede en todas partes del mundo, se evidencia una proliferación de noticias falsas, que tienen una raíz en los discursos de odio. En nuestro país se profundizaron aún más este año, debido a la falta de consensos y acuerdos entre los dirigentes políticos para transitar un año electoral ordenado. A este contexto, en los últimos meses se sumó el uso masivo de aplicaciones y páginas webs con inteligencia Artificial (IA) a través de las cuales se crean imágenes (fotos y videos) falsas con el fin de “entretener”, sin embargo, ya hay una infinidad de cuentas que se dedican a crear este tipo de contenido para tergiversar situaciones y personas, con el fin de instalar un relato específico, y falso. El principal problema (del que, por supuesto, se desprenden otros) es la fragilidad del sistema electoral ante la imposibilidad de elegir de manera libre y auténtica a qué candidato nos representa. Expone también la volatilidad de la opinión publica frente a hechos de difusión viral: cómo cambian las opiniones raudamente ante un hecho de público conocimiento y que es reprobado moralmente por la mayoría.
Volviendo a lo arriba mencionado, uno de los estudios estuvo a cargo del Centro de Investigaciones en Estadística Aplicada (CINEA) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero y arrojó que los encuestados identifican a las fake news como un problema importante: un tercio de la muestra indicó que reciben noticias falsas, mientras que la mitad de la muestra indicó que reciben ese tipo de noticias de manera frecuente. Las temáticas suele ser política y economía.
Actualmente, somos testigos de peleas brutales en los medios de comunicación y redes sociales entre los referentes de los distintos partidos políticos, apoyados en información dudosa, frases sacadas de contexto, e incluso comentarios acerca de la vida personal del adversario.
Y aunque la mayoría de las plataformas como Facebook o Twitter (X) tienen programas y condiciones de uso para evitar la proliferación de las noticias falsas, están muy lejos de poder limitarlas. Asimismo, cada vez son más las organizaciones y grupos periodísticos que se dedican a verificar datos y noticias, como por ejemplo el sitio web Chequeado que existe desde 2010 y cuenta con una trayectoria sólida. Sin embargo, para detectar noticias falsas lo mejor es, como siempre decimos, hacer un consumo crítico de redes, y entender que todo tipo de información que circula en Internet puede ser potencialmente falsa.
- No leer sólo el título, sino la noticia completa.
- Saber la fuente de la noticia, que sea un sitio real.
- Verificar quién es el autor y la fecha de la publicación.
- Chequear la URL (dirección web) porque pueden tergiversar el nombre con imágenes o palabras similares
- Googlear si esa noticia fue publicada por otros medios de comunicación.