La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que puede afectar cualquier parte del cuerpo, aunque es más común en el cuero cabelludo, codos, rodillas y la parte baja de la espalda. Es importante destacar que la psoriasis no es contagiosa.
A menudo se presenta en personas con predisposición genética y suele manifestarse por primera vez en la edad adulta. La enfermedad progresa en brotes, que pueden ser desencadenados por factores como el estrés, cambios hormonales, ciertos medicamentos, infecciones y lesiones en la piel.
Es fundamental controlar otras afecciones como la obesidad, la diabetes, el colesterol elevado y la hipertensión arterial para prevenir complicaciones. La psoriasis se manifiesta principalmente a través de lesiones rojas engrosadas, cubiertas por escamas blancas, y puede causar picazón en la piel seca. También puede afectar las uñas y, en algunos casos, causar dolor en las articulaciones, lo que puede derivar en artritis psoriásica.
El diagnóstico se realiza mediante un examen físico de la piel, las uñas y el cuero cabelludo. En casos dudosos, se puede realizar una biopsia de piel para confirmar el diagnóstico.
En cuanto al tratamiento, la psoriasis es una de las enfermedades más estudiadas en los últimos años, lo que ha permitido avances significativos. Los tratamientos se eligen en función de la gravedad de la enfermedad y de la respuesta de cada paciente, e incluyen cremas, ungüentos, fototerapia, medicación oral e inyectables para los casos más graves o generalizados.
La psoriasis puede afectar la calidad de vida, ya que el aspecto de la piel y el malestar físico pueden generar ansiedad, depresión y problemas de autoestima. Por eso, es fundamental buscar apoyo médico y emocional.
Si sospechás que tenés psoriasis o si los tratamientos no están siendo efectivos, consultá con un dermatólogo. Un tratamiento adecuado puede mejorar significativamente los síntomas y tu calidad de vida.
Dermatóloga Centro Médico Monserrat MN 115876