Existen una serie de factores a tener en cuenta a la hora de acostar a nuestros bebés y asegurarles un sueño seguro.

Se aconseja que duerman siempre boca arriba.

Su propia cuna. Durante los primeros 6 u 8 meses de vida, ésta debe ubicarse en el cuarto de los padres. No compartir la cama ni con los padres ni con sus hermanos para evitar el riesgo de aplastamiento, obstrucción de la boca y nariz del bebé. No utilizar la sillita del auto como cuna si no está viajando.

Los niños deben dormir sobre un colchón firme que no deje espacios libres y quede ajustado a la cuna. Remueva los objetos blandos de la misma (almohadas, almohadones, muñecos de peluche). La cabecita debe quedar descubierta, sin taparla con la ropa de cama. Debe quedar tapada hasta la altura de las axilas de manera que sus brazos queden por arriba de la sábana o frazada liviana. No usar colchas ni edredones, ni arme niditos en la cuna.

Muy importante que ésta sea agradable y confortable para un adulto vestido con ropa liviana. No abrigarlo en exceso.

El aire que respire el bebé debe ser libre de humo de cigarrillo. No fume durante ni después del parto.

El uso del mismo disminuye el riesgo de muerte súbita del bebé.

Una vez que el bebé recupere su peso de nacimiento y la madre no presente dificultades para amamantar y el bebé se alimente exclusivamente con leche materna hay que considerar ofrecerle el chupete. Aquel bebé que no reciba leche materna puede incorporar el chupete en forma anticipada. No insistir si el bebé rechaza el chupete; y nunca lo unte en sustancias azucaradas ni miel.       




Pediatra. CM Monserrat.