

Hay algo que casi todas las madres tienen en común: su manera de cuidar. A veces con una sopa caliente, otras con una mirada que lo dice todo, o con esa capacidad increíble de presentir cuando algo no anda bien.
Este Día de la Madre es una buena oportunidad para decir gracias. Pero también para mirar con atención ese rol tan profundo que muchas veces pasa desapercibido: el de ser sostén, guía, consejera, enfermera improvisada y compañera incondicional. Porque el cuidado empieza muchas veces en casa, y muchas veces… empieza con ellas.
En un día como este, desde Grupo OSPOCE queremos poner en valor algo que también importa: el bienestar de quienes cuidan. Porque las madres no son invencibles, aunque a veces lo parezcan. También se cansan, también necesitan tiempo, chequeos médicos, espacios propios y redes que las acompañen.
Así que este domingo, además del abrazo, el desayuno en la cama o el mensaje por WhatsApp, regalemos algo más: presencia, escucha, descanso, ayuda. Y si sos mamá, o maternás de alguna manera, o acompañás a alguien que lo hace… que este día también sea una oportunidad para hacer una pausa, respirar y pensar un poco en vos.