

Cada 10 de octubre se celebra el Día de la Danza. En esta ocasión, entrevistamos a Graciela Sánchez, apasionada del tango y promotora del bienestar a través de la danza. En esta charla, nos cuenta cómo llegó el tango a su vida, qué significa para ella bailar y por qué está convencida de que todos, sin importar la edad o la experiencia, podemos encontrar salud, felicidad y conexión en cada paso.
Para mí, bailar es una forma de expresarme, de sentirme libre, de conectar conmigo misma y con los demás. No se trata solo de seguir un ritmo, sino de liberar emociones, soltar tensiones y reencontrarme con algo muy profundo que vive dentro mío.
Fue amor desde la primera clase. Empecé con mucha curiosidad y algo de timidez, como todos. Pero a medida que fui aprendiendo, me di cuenta de que el tango me daba una enorme sensación de bienestar. Esa conexión que se genera con el otro a través del abrazo, es una experiencia sensorial y emocional muy poderosa.
Todos podemos. Solo hay que animarse. Superar ese primer miedo es también una forma de fortalecer la autoestima. Porque cuando uno se enfrenta a un desafío y lo logra, algo adentro cambia.